domingo, 31 de marzo de 2013

¿Vivir del Pasado...?


No podemos vivir en el pasado cuándo tenemos un futuro que se forja en el presente...

El pasado puede ser recordado, añorado, admirado, sentido y revivido pero nunca podrá ser parte del presente ya que éste fue vivido, forjando el presente que ayer era futuro y mañana será pasado, permitiéndonos llegar dónde estamos, pudiendo elegir entre vivir ayer o vivir mañana, ya que el mañana será hoy y hoy será el ayer, dejándonos sentimientos y vivencias que, aún vanas en nuestro interior, forman parte de lo que somos. 

No podemos huir del pasado, pero tampoco tenemos que vivir en él. 
El pasado es la carga que llevamos en nuestro viaje por la vida y, si solamente miramos en nuestra mochila las cosas que llevamos, perderemos otras tantas que el camino, generoso, nos mostrará siendo nuestra decisión tomarlas o no. 

Vaciando el equipaje, dejando lo imprescindible... Caminaremos por un camino empedrado de horas, minutos y segundos, por el que, mirando hacia delante, podremos elegir si volver la vista y empañarnos por todo aquello que dejamos, aquello por lo que sentimos, vivimos y morimos o, por el contrario, fijar nuestra vista en el horizonte intentando descubrir aquello que se nos esconde y que mañana, hoy, iremos descubriendo para, después de haberlo vivido, cargarlo en nuestra mochila y perderlo en el camino.

Y cuando lleguemos a nuestro destino viviremos volviendo la vista atrás, y... en ese instante , el horizonte, nos habrá mostrado lo vivido, y lo que quede por descubrir, ya no será nuestro camino, será el camino que otros andarán mientras nosotros nos emborrachamos con lo vivido...

Entonces... sabiendo ésto, sigue tu camino, busca tu horizonte... Dirección, Felicidad.
Sólo tú sabrás por dónde empezar... por dónde seguir...

Disfruta hoy... para tener un bonito pasado que recordar.



miércoles, 27 de marzo de 2013

Él............Ella


ÉL
Gira en espirales de energía alrededor de Ella, sombra invisible acechando cada uno de sus movimientos.
A veces consigue asomarse a través de otras miradas, que siempre consiguen desconcertarla.
O se adueña de un gesto, de un fruncimiento de labios que sabe reconocerá como suyos.
Y en contadas ocasiones, se apodera de alguna palabra.
La mayoría de las veces la intenta contemplar en su devenir cotidiano. Conoce cada pliegue de su cuerpo y cada detalle de su piel. Sabe interpretar el ademán de su semblante y el significado de su mirada.

Tan cercana cómo inalcanzable.

De nada le sirve desesperarse, pues bien sabe que nada puede hacer.
Cuando las circunstancias le son favorables, logra rozarla con su hálito, una suave caricia en su nuca, o una cálida brisa sobre sus labios; pero eso sólo sucede en muy contadas ocasiones...
El resto del tiempo, tiene que conformarse con admirarla, suspirando por su sueño imposible, irremediablemente perdido en sus bellos ojos verdes.
Los momentos más gratificantes le llegan cuando duerme. Entonces puede acercarse hasta Ella, acariciar sus cabellos y arrullar su piel. Su inmovilidad y la pasión de su empeño, provocan pequeños estremecimientos entre su sueño, el cuerpo relajado recibe sus caricias con placer, cómo si las estuviese esperando, cómo si un deseo oculto se escondiera en Él.
Se introduce en Ella y siente cómo palpita su corazón, cómo la sangre fluye por sus venas, cómo se acelera su respiración... Se esparce a través de sus terminaciones nerviosas y sabe, que de ésta manera, puede sentirlo.

Pero apenas Ella comienza a ser consciente de su presencia, debe salir.
Hace tiempo que aprendió que de nada servían sus celos. Debe soportar estóicamente cómo otros la enamoran, la seducen, y la acarician con dedos de piel haciéndola estremecer de placer.
En realidad dejó de sentir celos, y aprendió a gozar con sus sensaciones, a estremecerse entre sus sensuales y placenteros espasmos. No hace nada por alejarlos de Ella, no puede, pero de alguna manera ellos terminan intuyendo su presencia y se terminan alejando.
No sabe muy bien por qué. La empapa con su energía, suspirando, soñando, que quizás, alguna vez……


ELLA
No sabe por qué, pero sabe que está ahí, cuidándola, mimándola, agasajándola.
Siente su presencia y sus caricias interminables a través de sus palabras, siente cómo penetra en Ella en la frontera de cada uno de sus sueños.
Y lo busca tras los gestos que reconoce, en sonrisas que asoman...
Extraña sus manos en las manos de aquel que recorre su piel, y lo persigue tras otros rostros, en cada mirada nueva, en cada promesa de amor...
Bebiendo mentiras de los labios de otro...
Pero no lo encuentra. Sabe que nunca logrará encontrarlo...
Debe conformarse con la caricia de sus dedos invisibles, con el ardor de sus labios etéreos, con la pasión de su aliento inconexo...
Reconoce su amor por Él y lo anhela... Y desea entregarse a Él.
Una y otra vez...
Para siempre.
Se empapa con su energía, suspirando, soñando, que quizás, alguna vez….



martes, 26 de marzo de 2013

Amante Fantasma


Cuándo me quedo a solas, me acomodo en mi lecho, y como ráfagas de un aire cálido, llegan a mi mente imágenes de un sueño que me sobresaltan…

Un espacio desconocido… Un aroma embriagador… Una silla… Un torso desnudo…
Descubro a mis manos inquietas buscando su sexo… El sexo de aquel que no tiene rostro…
En la penumbra de una alcoba, mi cuerpo se excita, y es cuándo me percato de la sensación…
Invade por completo mi espacio, su esencia juguetea con mis sentidos alborotando mis deseos, enervando los placeres ocultos convirtiéndolos en casi prohibidos…
Un anhelo de libertad me somete a esa lujuria, y reclino cualquier posibilidad de rechazo ante tal proposición…

Mi cuerpo se estremece con el turbio recuerdo… No existe un fotograma nítido, no existe una imagen clara…
Sin embargo, y como látigos devastadores, mi piel percibe una sensación tan palpable!

Intento y no puedo recordar más detalles de ese sueño… Necesito poner un rostro a ése deseo…
Maldigo en ese instante a mi memoria…
La sensación persiste…
Una ducha despejará mi mente de tal oleaje…
Cierro los ojos, abrazo mis pechos y los elevo al agua… Fatídico error…
El frío del agua y el calor de mi piel provocan estallidos de humedad en lo cálido y ardiente de mi intimidad.
Percibo su presencia… no me queda más que abrazarlo y sentirlo temblar.
En mi rostro, siento su aliento que quema… Me sumerjo en su boca, ávida de deseos, con besos fuertes, poderosos, intensos…
Siento que me desea tanto, que no va a parar hasta hacerme presa fácil de sus instintos… esos que desatan todas mis pasiones dormidas.

Siento el sudor que recorre la suavidad de su piel…
Muero de sed.

Siento el placer y los gemidos que me arranca con sus dedos, cuando hurgan en lo escondido de mi ser…
Cuando llegan y se quedan… Cuando salen y regresan provocando espasmos de dicha.
Mis manos se pierden en su cuerpo, se enloquecen con lo pronunciado de sus curvas varoniles.
Abandona mi boca para navegar por mi cuerpo, por mi piel desnuda…
Descubre mi sensibilidad… sus labios me devoran sin parar, sin piedad…
Su lengua caliente descubre mi apetito por él, en un salvaje ir y venir… de arriba abajo… correteando por los oscuros rincones de mis deseos.
Se eleva y me abraza, y con una pasión tal que desgarra el alma, me alza sobre su vientre…
Me besa con locura… me viste con su piel…
Su sexo está rígido, su humedad es la mía… 

Y se pierde en mí…
Hace que me pierda en él…

Me tortura con su poder… y se incrusta para siempre en mis más oscuros delirios.
Oleadas de gemidos y placer se escapan de mis labios… Gruñidos de pasión…
Siento morir de ansiedad en sus brazos.
Sus manos, enredadas en mi cuerpo sacuden mis instintos en cada estocada, recorriendo cada recoveco…
Y cabalgo con desenfreno en pos de la victoria.

Tan sumergido, tan profundo en mí, que debo morder mis labios para no dejar escapar una sola licencia más sobre mis deseos.
La saciedad llega de la mano de jadeos, movimientos rítmicos, espasmos, explosiones calientes que queman el interior de mi infierno rojo…
Carnes fundidas en una unión perfecta e infinita… en un mismo suspiro creado en las entrañas… en un mismo latido que desemboca en la sordidez de un grito…

Y la calma… el sosiego… regresa al ambiente.

En mis labios… el sabor de su cuerpo…
Sobre mi piel… Caricias templadas…
La sensación de su presencia aún está presente en mí.
Dudo si realmente fue un sueño.
Amante fantasma…
Ésta mañana anduvo en mi cuerpo.




lunes, 25 de marzo de 2013

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos...


Hace ya tanto tiempo desde entonces...
Entonces cuando éramos amantes, y el amor lo conjugaban las más bellas sensaciones que morían en la piel.
Hace tanto tiempo desde aquello...
Aún hoy, después de todo ese tiempo, me sigo torturando y me pregunto si recuerdas alguna nimiedad de lo que compartimos.
Aquella salvaje pasión que quisiera expresar con gritos, pero no puedo...
Tan sólo me limito a revivir de alguna forma lo que escribo.

Quién iba a jurar que el mundo daría tantas vueltas sobre el mismo eje de tu cuerpo.
Quién hubiese entonces jurado que yo aún te recordaría como si fuese ayer cuando nos vimos.
Una queda desde el primer momento impregnada de la belleza que desprenden tus ojos que, ni negros ni marrones, son los ojos más hermosos que he podido encontrar últimamente...
Siempre son el espejo de una persona, esa mirada que sabes te va a hechizar, bien por su brillo, por su forma de clavarse en ti, por su transparencia, elegancia... Seductora, infantil... No sé, esa mirada que se convierte en único enclave de una historia por escribir...

Aquel amor de fiero fuego, de pasión sarcástica. Aquel sentir sobre un lienzo en blanco, y cuya paleta de colores íbamos a mezclar a medias. Aquellas frases empezadas que siempre terminaba narrando el otro con espléndida exactitud. Aquel decírselo todo sin pronunciar palabra...
Tus labios en un beso, qué más podía ofrecerme el mundo si contigo sobraba todo.
Jamás podremos, volver a lo de entonces.
Ya sólo queda el recuerdo y las fotografías para rescatarte de dónde sea...

Allí a lo lejos, en el más profundo recuerdo, creo que te he escondido por miedo a perderte, por si quizás te desvaneces y me quedo con la sensación de las palabras que se quedan colgadas de la lengua, entre querer rescatarte y, quizás, olvidarte del todo.

Pero supongo que no, que no puedo, que no quiero... Que no puedo. Que no...

Recuerdo entonces algún suspiro que ha quedado en forma de eco.
Es el único sonido que acompaña las imágenes de tu rostro, el recuerdo de tus manos, el contagio de tu sonrisa, la luz de tus ojos brillantes al contemplarme.

Supongo que poco a poco me quedas menos y, restando... luego quedas en humo.
Ni ecos ni sombra.. todo termina cuándo no hay más camino, y el camino del recuerdo se consume con el tiempo, a pesar de que corramos con relojes rotos.
A pesar de matar el tiempo recordando.
A pesar de entonces.
De entonces, hoy apenas queda algo... Tal vez nada... Y es por entonces, que ya nada tendrá sentido.

No estés triste, me digo. No estés triste, si escuchas, aún queda el silencio.
Ésto acaba, cómo acaba todo, supongo...
Los finales acaban en fin, acaban perdiendo... Por eso se les llama final...
Por eso decían que la vida es triste, por eso, por mucho que aprendamos a sonreír y a saltar, por mucho que volemos y dancemos bajo la lluvia, por mucho que cada día nos amanezca el Sol, siempre queda la extraña sensación de que lo último que nos queda, es un silencio eterno.



miércoles, 20 de marzo de 2013

Esencia

Algunas veces pienso en mudarme, 
mudarme a otra mente, 
a otra cabeza, 
o transplantarme como una flor
a una maceta,
una maceta blanca
que no haya aprendido a saberte
que no te piense
que no te busque
que no te halle
que no te encuentre.

Que no se tropiece con tus labios
y estas ganas miserables de beberte,
de beberte de golpe, de un solo trago.

Mudarme
a una piel que no te pronuncie,
que no sepa tu nombre
y no anhele derramarse entre tus manos.

Mudarme
a la inerte carne de una estatua,
que no sepa de ti,
que no pueda llorarte en la distancia.

Mudarme a otro aliento,
a otra boca, a otro beso
a otro cuerpo
que no sienta este deseo
este deseo irracional que por ti siento…

Sí, algunas veces pienso en mudarme de mí
o dejar que mi piel se consuma en este fuego.

(Ángela C. Aranda)













lunes, 11 de marzo de 2013

Cuándo la verdad abre sus puertas...


Abrió los ojos, maldiciendo a la divinidad en turno por haberle concedido un día más a su asquerosa existencia.
Pudo sentir el silencio engullendo su habitación, y el contacto frío de la persona recostada a su lado.
Acarició su piel con la yema de los dedos, con sutileza, con delicadeza… con amor.
Pero no recibió respuesta a tan tierno contacto.
Sólo silencio…

El mismo silencio al que ciegamente se había acostumbrado… 
El vacío la ensordece, llena su cabeza de palabras blancas, frases evocadas que usurpan su mente y torturan su constante soledad con la realidad innegable de su ausencia.

De su eterna ausencia…  
La innegable verdad desde el mismo momento en que estuvieron juntos por primera vez...
Cerró los ojos recordando aquella noche, dónde fue poseída en un primer instante, recordando el calor de su cuerpo, la respiración agitada…
Era como estar ahí nuevamente y sentir sus labios desesperados por adentrarse en su interior, las manos inquietas recorriendo su piel y las palabras que nunca debieron ser pronunciadas. 

-Mientes tan bien... 

Su expresión se tornó sombría, mirando de reojo la silueta desnuda bajo las sábanas, preguntándose por qué lo habría hecho, preguntándose en qué momento se quedó sorda, en qué momento se quedó ciega, aquel mismo lazo que la esclavizaba con una dolorosa cadena de hipocresía, de mentiras y un amor falso, existente sólo en su estúpida utopía de amor. 
El viento frío del invierno, que se colaba por la ventana abierta, le acariciaba trayendo a su memoria aquellas escenas que, sin éxito, intentaba sacar de su mente. En ellas veía la mirada taladrante que la observaba con lujuria, con deseo, pero lejos de ser lo que ella pedía...

Cómo si de un amor prohibido se tratara, sólo a sus ojos necios…
Un amor que quizás alguna vez sintió, pero que ahora temía perder, por el mero hecho de poder encontrarse de bruces a solas con sus verdaderos pensamientos…
El silencio y su ausencia. 
Lo veía alejarse y desaparecer como la arena en el viento, pues nunca quiso compartir una vida dónde le asustaba entregar lo único que se le pedía.
Una petición sin palabras que flotaba en el ambiente cada vez que estaban juntos, cada vez que el silencio de esa habitación era el único testigo de sus acciones.
Llevó sus dedos a su boca recordando el delicioso contacto de sus labios, los cuales siempre tenía que forzar pero que terminaban cediendo…

Una petición que le atormentaba cada noche hasta que recibió una negativa, de la misma forma... sin palabras. 
Sus ojos se humedecieron y peleó por impedir el paso de las lágrimas que deseaban caer por sus mejillas. 
¡Era tan idiota por tener la esperanza de que al menos alguna parte de toda esa farsa fuera verdad! ...
Sentía vergüenza de sí misma al saberse tan vulnerable a su presencia, al sentirse amada y segundos después poder sentir el vacío de la soledad.

Estaba enojada con él y sobre todo con ella misma. 
Se había sentado al borde de la cama y pudo sentir el movimiento de su compañero al despertar, sintió esos fuertes y moldeados brazos abrazarla estrechamente y los labios besarle el cuello...
Y, nuevamente pudo sentir cómo su determinación por negarse se desvanecía en el aire, cómo su enojo se esfumaba como si nunca hubiera existido y la tristeza, era entonces reemplazada por ese lindo cosquilleo en la base de su estómago. 

-"Te quiero..." - escuchó que le decía en un susurro…

Pero, ésta vez, fue ella quien guardó silencio…



sábado, 9 de marzo de 2013

Pequeñas Cosas que hacen que mi Vida valga la pena...


La Luna
Mirar la Luna
El sonido de la lluvia en los tejados
La paella de Papá
Los calcetines a rayas de mil colores
Los días nublados en invierno
Sentarme horas frente a la chimenea y contemplar el fuego
El mar
El olor del mar
Un día en el Velero
La tierra mojada tras la tormenta
El olor de la ropa recién lavada
Dormir la siesta
Un mensaje inesperado
La sonrisa de la gente a la que quiero
Hacer sonreír a la gente que quiero
Bailar a lo loco
Los bocadillos de nocilla
Un masaje en la espalda
Las caricias sobre mi piel
Las toallas recién sacadas de la secadora
Una ducha fría en verano
Una bolsa de chuches
Los Domingos en familia
Ver la tele, bajo la mantita, recostada en el sofá
Los abrazos interminables… esos que parecen no tener fin
Un café y su cigarrillo
Reírme hasta que me duela la tripa
Tus ojos
Los míos
Cantar y gritar esas canciones que me llenan de energía, aunque suene fatal!
Las tiendas de antigüedades
Las casualidades de la vida
Los besos
Tus besos
Ojear el periódico mientras desayuno en la plaza los fines de semana
Los perfumes de mi estante… todos
Los atracones de dulce en la madrugada
Mis antojos de chocolate… chocolate negro al 70%
Las vistas desde la ventana de la cocina en el pueblo
Tu sonrisa
Los reencuentros
Aprender algo nuevo… lo que sea
Ir de cañas por Madrid
Mi gente
Aquel paseo por la Dehesa
Recibir esa llamada de teléfono que estás esperando
El sexo
El sexo dulce y el salvaje
El desnudo
Estar sola de vez en cuando
No poder estar sola, muy a menudo!!
Los recuerdos… los buenos y los no tan buenos
Viajar…
Descubrir nuevos lugares
Ducharme cuándo me levanto
Los anuncios graciosos
Las canciones de Fito
Un "Buenos días princesa"
Las cocas de verdura de mamá
Una tarde de hermanos
Las pompas de jabón
Ser la mayor
Haberte conocido
Contemplarte antes de despertar
Mis sueños
Los deseos
Hacer la maleta
Que me digan que me quieren, y saber que es verdad
Y Escribir, escribir, y escribir...
Y tú, y yo, y nosotros, y ellos… y cientos de pequeñas cosas más que poco a poco iré recopilando para no olvidar jamás, que la felicidad de nuestra vida, se compone de placeres pequeños.






lunes, 4 de marzo de 2013

Dulce y Misteriosa


Envuelve el ambiente de su hogar con el aroma de velas perfumadas, con luces tenues…
Recorre su universo, esa estela que impregna las distintas estancias de la casa con el reguero de su particular perfume… 
Nunca el mismo, según la ocasión siempre distinto, pero siempre sabes qué es ella la que anduvo cerca…
Maniática de los olores por naturaleza. 

Cada mañana, cómo de costumbre se despierta… Siempre alegre, contenta, sonriendo a la vida con sus nuevas ilusiones…
Llena su rutina con ansias por comerse el mundo.
Recuerda la noche anterior, y sus labios esbozan delatores, el amago de una sonrisa no desvelada que acompaña el brillo excepcional de sus ojos…
Le gusta recordar sus sueños… Con ellos alimenta sus pequeños delirios más ocultos y abre así una nueva página en blanco para transitar un nuevo día… 
Ella… siempre distinta, siempre la misma…

Inconfundible…

En su lugar de trabajo, nunca pasa desapercibida a pesar de que jamás, se atrevería a  reclamar atenciones…
Sin embargo, en ese ambiente todos conocen su aroma…
Un delicado y sutil aroma que provoca el deseo de cualquier hombre que logre pasar junto a ella.
La elegancia sobre esos tacones de vértigo, la convierten en una mujer sensual e interesante…
Quizás llegue a resultar la más interesante de las mujeres. 
Segura de si misma, despierta la envidia por su capacidad de embriagar a cualquier hombre que se le cruce en su camino. 
Con una personalidad fuerte, directa, precisa… y sin embargo tan dulce. 
Nunca lo pretende, esa es la verdad, aún así, los hombres se marean con el vaivén de sus generosas caderas, con la firmeza de sus piernas interminables…
Tras ella, infinitos se convierten los pasillos para recorrer con frenética calma…
Dicen que cada mujer tiene un aroma muy particular, y ella sin duda lo tiene…
Tal es, que roba suspiros silenciosos a su paso. 

Camina y deja tras de sí un aroma dulce, fresco, que invita a comérsela a besos, a mimosos mordiscos…
Cualquier pretexto por un roce trivial y liviano, cualquier excusa por retenerla unos segundos…
Un aroma que la describe dulce y misteriosa.
Un aroma que la desnuda despertando instintos primitivos que alteran los cinco sentidos, cómo bocanada de aire fresco y deseoso de ser renovado… 
Un días más… Se agolpan frente al ascensor cuando saben que camina hacia él…
Todos desean olerla, sentirla, disfrutarla, admirarla. 
Es capaz de convertir el más cruel de los ambientes, en pura dulzura, y eso…
Eso vuelve loco a cualquier hombre. 
Muchos negarán tales afirmaciones… Todos esos, que cada día controlan las agujas del reloj deseando volver a verla pasar por los pasillos…

Ella es adicción por lo desconocido.
Es la fantasía que ruboriza a los incrédulos provocando el deseo prohibido.
Es la pasión encendida, fuego en su máxima explosión, la hoguera incombustible…
Es ella, el deseo, la tentación, la que despierta la imaginación no inventada…

Siempre es ella, la única que logra una transformación deliciosamente bella.




domingo, 3 de marzo de 2013

Sólo a veces...


Algunas veces, mi cuerpo viaja a través del tiempo y del espacio, a través de la materia, destruyendo, construyendo, transformando.
Dibujando el paisaje conforme a esos sentimientos que me inundan y me empapan de sensaciones.
A veces, no hace falta ausentarse en el tiempo, ni el tiempo consigue que te ausentes de la realidad.
Simplemente, necesitas mirar más allá de lo que ves para ver lo que realmente importa.
Encontrar ese rincón, único y exclusivo, que ha sido creado por ti, para ti.
Un lugar dónde sentirse invadido por la tranquilidad. 
Dónde respirar el aire que no existe, sentir el calor que no calienta y el frío que no enfría.
Un lugar, dónde cada decisión tiene un camino abierto, que tarde o temprano deberás tomar, un camino que allí esperará.
A veces me siento morir, pero al instante resucito. A veces estar muerto es lo mismo que estar vivo y la vida es una continuación de la muerte.
A veces respiro mareada y me marea respirar.
A veces te encuentro, pero cuando intento alcanzarte te desvaneces en la punta de mis dedos.
A veces te sueño, a veces, casi todas, te quiero.
A veces lloro por ti, pero me consuelas secando mis lágrimas y cuando me pierdo en tus ojos vuelvo a saber dónde estaba.
Sólo a veces, cuando te tengo, sé que debo despertar para volver a buscarte.
A veces siento, a veces padezco. 

A veces solamente es eso...