lunes, 25 de marzo de 2013

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos...


Hace ya tanto tiempo desde entonces...
Entonces cuando éramos amantes, y el amor lo conjugaban las más bellas sensaciones que morían en la piel.
Hace tanto tiempo desde aquello...
Aún hoy, después de todo ese tiempo, me sigo torturando y me pregunto si recuerdas alguna nimiedad de lo que compartimos.
Aquella salvaje pasión que quisiera expresar con gritos, pero no puedo...
Tan sólo me limito a revivir de alguna forma lo que escribo.

Quién iba a jurar que el mundo daría tantas vueltas sobre el mismo eje de tu cuerpo.
Quién hubiese entonces jurado que yo aún te recordaría como si fuese ayer cuando nos vimos.
Una queda desde el primer momento impregnada de la belleza que desprenden tus ojos que, ni negros ni marrones, son los ojos más hermosos que he podido encontrar últimamente...
Siempre son el espejo de una persona, esa mirada que sabes te va a hechizar, bien por su brillo, por su forma de clavarse en ti, por su transparencia, elegancia... Seductora, infantil... No sé, esa mirada que se convierte en único enclave de una historia por escribir...

Aquel amor de fiero fuego, de pasión sarcástica. Aquel sentir sobre un lienzo en blanco, y cuya paleta de colores íbamos a mezclar a medias. Aquellas frases empezadas que siempre terminaba narrando el otro con espléndida exactitud. Aquel decírselo todo sin pronunciar palabra...
Tus labios en un beso, qué más podía ofrecerme el mundo si contigo sobraba todo.
Jamás podremos, volver a lo de entonces.
Ya sólo queda el recuerdo y las fotografías para rescatarte de dónde sea...

Allí a lo lejos, en el más profundo recuerdo, creo que te he escondido por miedo a perderte, por si quizás te desvaneces y me quedo con la sensación de las palabras que se quedan colgadas de la lengua, entre querer rescatarte y, quizás, olvidarte del todo.

Pero supongo que no, que no puedo, que no quiero... Que no puedo. Que no...

Recuerdo entonces algún suspiro que ha quedado en forma de eco.
Es el único sonido que acompaña las imágenes de tu rostro, el recuerdo de tus manos, el contagio de tu sonrisa, la luz de tus ojos brillantes al contemplarme.

Supongo que poco a poco me quedas menos y, restando... luego quedas en humo.
Ni ecos ni sombra.. todo termina cuándo no hay más camino, y el camino del recuerdo se consume con el tiempo, a pesar de que corramos con relojes rotos.
A pesar de matar el tiempo recordando.
A pesar de entonces.
De entonces, hoy apenas queda algo... Tal vez nada... Y es por entonces, que ya nada tendrá sentido.

No estés triste, me digo. No estés triste, si escuchas, aún queda el silencio.
Ésto acaba, cómo acaba todo, supongo...
Los finales acaban en fin, acaban perdiendo... Por eso se les llama final...
Por eso decían que la vida es triste, por eso, por mucho que aprendamos a sonreír y a saltar, por mucho que volemos y dancemos bajo la lluvia, por mucho que cada día nos amanezca el Sol, siempre queda la extraña sensación de que lo último que nos queda, es un silencio eterno.



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