lunes, 14 de abril de 2014

Me gustan...

Siempre lo dije, lo he dicho, y lo seguiré manteniendo.... 
Quien me roba la sonrisa cuándo menos me lo espero, se queda con esa gran parte de mi esencia...



domingo, 13 de abril de 2014

Serenidad

Creo en la serenidad... Ese salvoconducto, al que a veces, debemos recurrir para no arruinar el momento concreto más de lo necesario.
Sin embargo, aún creando y reinventando esa virtud innata, en ocasiones me cuesta horrores encontrar cómo apaciguar las aguas turbias que se desbordan ante mi atónita mirada, dejando perplejos a mis cinco, seis, siete sentidos...
Serénate maja!... Palabras que me susurro utilizando un tono casi imperceptible al oído, quizás sea por eso que la serenidad tarda en hacer acto de presencia cuándo más la necesitas...
Descubrir el renacer de la consciencia de uno mismo, aún siendo consciente de la existencia de la misma, supone desgarrarte el alma de nuevo, supone disfrazar el sentimiento con cautela y supone ese pavor que te resulta placentero a pesar del enjambre que desata.
De nuevo, captas que existe el descontrol, que se subleva el desenfreno, que las ascuas reavivan el fuego que durante tanto tiempo has pretendido apagar, pero que con premeditación y alevosía has mantenido candente a escondidas de tu realidad, por si llegaba el día el que podrías volver a sentir ese calor que te hacía sentir viva...
La esperanza te recompensa esa fidelidad, con un nimio pero gratificante gesto...
Y encuentras un pequeño atisbo de ese iceberg que tantas cosas en tan poco tiempo te enseñó...
Sonrío, una vez... Otra... Y otra....
Pisa firme! Pisa sobre el suelo!
Pero mis alas se agitan, desarrugando sus pliegues recubiertos de polvo añejo y con fuerza, percibo cómo nunca se ha marchado esa capacidad de sentir que descubrí tiempo atrás...
Habla la piel, y ella, siempre me ha sido fiel, a pesar de taparle la boca una y otra vez en  los últimos tiempos.
Serénate Princesa!
Y mis ojos se tornan cristalinos, mi cuerpo se estremece, mi piel ronronea...
Y mi cabeza frena esa paleta de gratificantes sensaciones, para no generar ilusiones, para no recoger decepciones...
Porque no desea morir de nuevo en un final ya conocido...
Sonrío, una vez... Otra... Y otra...
Y me vale con hacer acopio, creo que un intento vano, de esa serenidad tan endeble cuándo se trata del sentir...
Frente a un salto al vacío, pastillas para no soñar... Es peligroso cuándo tu mente te dice que es una locura, pero el corazón insiste en que puedes volar...