martes, 12 de julio de 2016

Ceda el paso...

A veces, últimamente demasiado,  me convierto en esa pequeña mujer de dudas infinitas ....
Esa que confía, se enamora y entrega...
Esa, que se despierta muchas mañanas sabiéndose hecha pedazos.

Esa que soporta la sobra de excusas y la falta de abrazos.

La que, estando a solas, se deja llover a menudo, hasta sacar todo lo malo, hasta entender que nada pasa en vano.

La que intenta dejar de necesitar que alguien la haga feliz, porque ha aprendido a colorear cualquier día gris, sin tener que tener otro pincel a mano.

A veces, se cree fuerte y habla de frente con sus miedos y cree, que podría empezar de nuevo, que tiene la capacidad de fabricar su propio cielo.
No quiere "competir" por la atención de un hombre, y mucho menos por la de su hombre.

No quiere verse envuelta en la rutina de tener que esforzarse y ser perfecta todos los días, pensando y sabiendo que pueden venir otras, siempre más perfectas, más guapas y seducirlo.
No quiere ser una novia modelo, no quiere tener que mendigar, porque cuando tiene que pedirlo, ya no lo quiere.
Quiere que la persona que decida quedarse, vea lo que es mas allá de la ropa que usa, del maquillaje con el que se disfraza para estar a la altura de vete tú a saber qué...

Quiero ser ella, tu centro, tu motivación, tus ganas, tus desvelos, tu insomnio, tu mejor plan, tu sonrisa… sin miedos.

Otras veces, la mayoría, quiero hacer que no pasa nada…

Cómo si mi vida nunca se viera alterada por tu ausencia, tus presencias temporales y tus manías.

Incluso a veces, para paliar y autoconvencerme, invento el fotograma en el que nunca te hubiera conocido, en el que nunca me hubiera enamorado de tus bromas crueles y estúpidas y de tu risa maléfica y desquiciada.

Imagino que hacer, que haría ahora, si nunca hubiera compartido esa gran parte de mí con la persona más egoísta del mundo…
Pero no puedo, te extraño demasiado.

Y en definitiva, te quiero demasiado a ti, y muy poco a mí…

Y no es por tonta, que inteligente lo soy un rato largo… Aunque ya lo dicen por ahí, NO hay más ciego, que el que no quiere ver…

Luego miro el cazador de sueños mientras voy conduciendo…
Un ceda el paso hace que mi paja mental frene....
Y al final, no quiero pensar en nada…
No quiero pensar,  porque simplemente te quiero...
Aunque eso,  en mis días actuales...  No me beneficie demasiado...