martes, 30 de julio de 2013

Ese lugar en el que...

Me cansé de esperar la oportunidad de mi vida y quizás termine enganchándome al conformismo de las horas bajas, dónde todo se vé, desde la perspectiva nostálgica de aquel que siempre pierde lo que quiere y gana lo que estremece los esquemas de la felicidad. 

Lo único que importa es que la vida sigue y, de alguna forma, debemos aprender a sobrellevar las cicatrices.
Lo único que importa es que la absurda comedia humana sigue perpetuándose hasta el infinito de la mortalidad.
Y nos olvidamos de eso, de que somos simples mortales...

Sin dramatizar, ni comediar, ni llorar esa lágrima que tengo en la punta de la lengua y que me dice que no voy a olvidar por ahora, y que éste "ahora", durará muchas horas más y provocará ventiscas y precipitaciones en las noches solitarias de mi almohada tullida, allí por mi cama, dónde entre mis tormentas, esa ausencia viaja muy de vez en cuando.

Quisiera escribir tantas palabras ésta noche, pero me quedo manca en argumentos.
¿Por qué suplicarle tiempo al tiempo, si el tiempo es la noción más esclavizada de la mente?
No hay tiempo, nunca lo ha habido... El tiempo, siempre nos faltará... por ser efímero y libre.
El tiempo sucede, te agarrará entre momentos que formarán tu historia, anclará tempos inolvidables en la canción de tus sentimientos, arraigará fuertemente personajes en tu guión, y al final hará de ti las mismas cenizas que con cualquiera... 

A veces, quisiera despedirme con esa nota de desdén que deja la incomprensión a su paso.
Quisiera despedirme con el prólogo de una vida nueva, de una esperanza inflada de autosuficiencia.
Pero sigo creciendo con el paso esclavo del tiempo.

Ese típico tan excelente decía: "Sufrir nos hace fuertes y la fortaleza nos hace ricos..."
Eso dicen muchos, aunque nunca termino de creerlo... No me gusta sufrir, no me gusta el inevitable sufrimiento.
Por eso, tengo millones de Besos ahorrados... Por si llegan tiempos de crisis y me hacen falta analgésicos en el acantilado del recuerdo, ese que siempre duele...
Ahora, tengo esos millones de Besos reservados...
Aunque a veces, piense que quizás... Jamás sea capaz de compartirlos si no es de nuevo con esos labios...

El horizonte, seguirá estando ahí mañana... Mi sonrisa también...
Abiertas de par en par las puertas de mi mundo, y en mi bolsillo un sol para eclipsar cualquier contratiempo, cómo siempre...
Sólo es cuestión de liberar esas mariposas que huracanan mis adentros...



domingo, 21 de julio de 2013

Hembra

Imposible cerrar los ojos…
Se avecinaba una de esas noches… 
Larga, eterna, efímera, en la que el tiempo no acelera los segundos y el recuerdo risueño, invade de sensaciones atávicas mi pensamiento y alborota mis entrañas sin más…
Deseo ser tuya… 
Poseerte y dejar que te apoderes de mí al antojo de tus fantasías más perversas.
Los latidos fuertes e incesantes, provienen de mi sexo inquietante y excitado…
Lo provoca el erotismo de tu mirada, el timbre de tu voz, tus palabras inventadas y tus silencios clandestinos.
Sin quererlo, sin saberlo quizás, me conviertes en esa hembra salvaje en estado de celo, que sucumbe a tus encantos y coquetería…
Y mis labios, con toque húmedo y carnoso, se aprietan el uno contra el otro dejándose morder sin llegar a conseguir un paliativo adecuado.
Me delata la excitación, que dibuja el relieve de mis pechos bajo el satén, haciéndome prisionera de éste, el deseo callado…
Me condena un abismo en la distancia, me duele la ausencia, y podría increpar al destino por haberme colocado clandestinamente en el lugar equivocado y en el lado opuesto de la pieza casi perfecta…
Aún así, sin hacer nada, me conviertes en esa hembra salvaje en estado de celo, que sucumbe a tus encantos y coquetería…

Quisiera desearte en silencio... pero mi cama termina haciendo demasiado ruido.




sábado, 20 de julio de 2013

Días

Hay días, en los que llego a creer que podría alimentarme sólo de ti, y que de no hacerlo, sería capaz de morir de hambre.

Días en los que, el delirio por el roce de tu esencia, hace que despilfarre palabras encerradas bajo siete candados sin llave maestra:
-          Consúmeme!
-          Anhélame!
-          Adórame!

Días en los que, el único fin que apaciguaría las aguas, sería esa fusión de la carne trémula y el clamor de los besos que está prohibido reclamar…

Días, en los que el deseo es tal, que sólo quisiera rasgar con mis uñas el desnudo de tu espalda, para recordarme tu presencia cuándo sólo me queda tu ausencia…


Días en los que quitarme los miedos, quitarte la ropa… y hacerte entender cómo es hacer el amor…