Hay días, en los que llego a
creer que podría alimentarme sólo de ti, y que de no hacerlo, sería capaz de
morir de hambre.
Días en los que, el delirio
por el roce de tu esencia, hace que despilfarre palabras encerradas bajo siete
candados sin llave maestra:
-
Consúmeme!
-
Anhélame!
-
Adórame!
Días en los que, el único
fin que apaciguaría las aguas, sería esa fusión de la carne trémula y el clamor
de los besos que está prohibido reclamar…
Días, en los que el deseo es
tal, que sólo quisiera rasgar con mis uñas el desnudo de tu espalda, para
recordarme tu presencia cuándo sólo me queda tu ausencia…
Días en los que quitarme los
miedos, quitarte la ropa… y hacerte entender cómo es hacer el amor…
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