martes, 4 de junio de 2013

Actitud... Sólo eso.

Oscar Wilde, decía que adoraba los placeres sencillos de la vida, por ser el último refugio de las personas complicadas…
A pesar de creer fírmemente en esta fantástica teoría, a veces pienso que ya no quedan refugios que controlen la Impaciencia, esa de la que algunos somos conscientes que padecemos, o esa que muchos ni siquiera saben que sufren…
A éstas alturas de mi vida, y habiendo recorrido todo lo que las suelas de mis zapatos han sido capaces de soportar hasta fundirse en los asfaltos, todavía, y digo bien, todavía me sorprende el juicio barato que algunas personas se permiten hacer sobre la vida ajena sin el menor escrúpulo, sin el menor conocimiento y lo que es peor, sin documentarse sobre aquello que comparten tan libremente y con la boca tan grande…

Me resulta desagradable, ver cómo personas vacías y de vida triste a mi mirada, se recrean e intentan apaciguar las aguas de su realidad, poniendo en tela de juicio una historia ajena y a la que su corto entendimiento y lejano o nulo sentimiento, jamás podrá servirles de ayuda para recomponer sus despensas desordenadas.
Detesto ese concepto preconcebido que usa el ser humano para arreglar sus problemas, decidiendo que el del al lado, es un desgraciado sin tener la más mínima idea del por qué lo está adjetivando de ese modo, pero seguro, es más desgraciado que él…
Por eso se siente más afortunado y con eso se consuela momentáneamente…

¿Eso merma realmente todo lo que deben arreglar en sus vidas?
¿De verdad creen que agrandando la desgracia ajena, y dando de qué hablar sobre un hijo de vecino elegido al azar, se van a solucionar sus almas rotas y desgastadas?

Una frase que me estimula enormemente, decía algo así cómo: para hablar de mi vida, primero cálzate mis zapatos y atrévete a caminar por los senderos que yo he recorrido…
Algunos me consideran la persona más afortunada del planeta, simplemente por lo que creen que tengo…
Y yo me pregunto muchas veces, ¿Qué creéis que tengo que no podáis tener vosotros?

Acaso no tenéis espíritu, acaso no conocéis la empatía, no sabéis desechar la avaricia que mil sacos rompe, no sois capaces de apartar el egoísmo, quizás habéis olvidado dar la mano sin esperar nada a cambio, o es que simplemente nos acomodamos y dejamos que la corriente haga el resto?

Diré algo a favor de esos portavoces fantasmas de mi vida:
Si me considero afortunada, porque si de algo soy consciente es de que las cosas más importantes de mi vida… no son cosas…
Lo más importante de mi vida, son los momentos que me llenan, las personas que me enriquecen de mil formas y colores diferentes…
Me llena respetar ese universo de variedad que me rodea, sin poner etiquetas a nadie, sin encasillar por falsos abecedarios a nadie…
Me llena la felicidad de los demás, más que la mía propia, es más renuncio a ella si llega a ser necesario para que tú, no te quedes sin sonreír…
Me llena, estar ahí cuándo se me necesita, sin reproches ni condiciones…
Me llena, darte la libertad para que decidas tú si te quedas o te vas…
Me llena colocarte mil oportunidades delante, aún sabiendo que vas a desechar o ni te vas a percatar el 99% de ellas… Pero sabiendo que cuándo enganches ese 1%, eso te va a dar un empujón para continuar hacia delante…
Me llena la gente a la que quiero: Muchas personas y a ninguna de la misma forma, pero sí con la misma intensidad… (y no… eso no es promiscuidad, eso es amor!)
Me llenan mis sueños, por efímeros o imposibles que parezcan, me encantan mis sueños (todos tienen cabida en mi mundo, y uno tras otro… quien sabe… quizás muchos ya están cumplidos, y por eso soy una fábrica que no deja de elaborar), me dan energía, ganas, alegría, motivación…
Me llena esa lucha diaria e incansable ante las mil adversidades que la vida me ha puesto por delante hasta el día de hoy… Y desgranando una a una, todas las que me quedan por sortear, es cómo seguiré en mis andanzas en un futuro…

Actitud… sólo eso…
Tengo sudor y lágrimas cómo el que más… Sufro de amor, no consigo todo lo quiero, y no tengo ni palacio ni príncipe azul… Aún así me considero princesa…
Y tengo un don, una enorme sonrisa ante la vida, que se contagia y hace feliz a quién logra verla… Y sólo eso, ya es un trofeo….
Actitud… sólo eso.




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