miércoles, 24 de abril de 2013

Buenos Días Princesa...


Incluso sin haber abierto los ojos, ya estaba sonriendo... Quizás por el anhelo de poder hacerlo realidad...
Supongo que esa, es de ese tipo de frases que a todas nos gustaría escuchar algún día por primera vez y hacerla un hábito saludable en nuestras vidas...y, por eso, decidí, antes de abrir los ojos, concentrarme un poco en cada pequeño detalle de esa calurosa mañana de viernes, para que no pasara inadvertida y poder recordarla siempre cómo se merece. 
El sonido de su voz, ese beso para despertarme, sus brazos acariciando levemente mi piel, el haz de luz que, poco a poco, se colaba por esa ventana sin cortinas, ese movimiento entre sábanas en el que puedes discernir la aproximación inmediata, el aliento recorriendo tu nuca, un suspiro, un espacio en blanco, el silencio, Él, ese instante...
Todo eso quedó bien guardado. Cada detalle incrustado en la memoria...
Entonces, abrí los ojos, y ahí estaba... 
Estaba mirándome, con esa sonrisa que conseguía, si es que eso era posible, que la mía se ampliara aún más. 
Le acaricié el labio inferior con la yema de los dedos, y mi beso de buenos días no pudo ocultar lo feliz que era en ese momento. Esa era la primera de tres mañanas juntos pero, sin duda, nunca dejaría de ser especial.

Es curioso cómo, cuando ya habías dejado de creer en los momentos perfectos, éstos consiguen, en apenas cuestión de semanas, materializarse en tu vida y todos a partir de una única persona. 
Es bonito ver, cómo se ha convertido en el comienzo de esa clase de días que, por muy monótonos que parezcan al principio, siempre acabarán por sorprenderte, porque él nunca deja de hacerlo... 
Y, ¿lo mejor? Sin duda, el hueco que se ha ganado en tu vida, en cada mínimo detalle de ella, en el que nunca va a dejar de estar presente.
Tanto lugares, cómo objetos, cómo sonrisas perdidas por calles escondidas, o cosquillas en la cama. 
Todo eso queda guardado, y tú no dejas de vivirlo con la mayor de las sonrisas y una esperanza que nadie consigue desplazar.
Y ¿por qué?... Porque sabes que Él ha conseguido lo que pocos antes habían logrado: Enamorarte...



No hay comentarios:

Publicar un comentario